Reflexión, juegos y alegría marcaron una tarde de unión y valores, que fortalece lazos entre las familias y la comunidad universitaria.
Por vigésimo cuarto año consecutivo, la Universidad Católica de Temuco (UCT) realizó uno de los eventos más esperados de su calendario: la conmemoración de la Navidad para los hijos e hijas de funcionarios y funcionarias. Organizada por la Dirección de Desarrollo de Personas (DDPER), a través de su Área de Servicio a Personas y Bienestar Integral, la actividad se ha consolidado como una tradición anual que estrecha los vínculos familiares y fortalece el espíritu de comunidad dentro de la universidad.
La jornada fue realizada en el Campus San Juan Pablo Segundo, y comenzó con un momento de reflexión y recogimiento frente al pesebre, guiado por el Vice Gran Canciller de la UCT, Presbítero Leonardo Villagrán Santana, quien, con palabras cálidas y cercanas, invitó a los asistentes a detenerse por un instante para conectar con el verdadero sentido de la Navidad: la espiritualidad, el amor y la unión familiar. Durante la ceremonia, se entregó un reconocimiento especial a los niños y niñas que, con 12 años de edad, participaron por última vez en esta actividad, como una forma de destacar su recorrido y despedirlos con cariño en el cierre de esta etapa.
Tras la liturgia, el ambiente se llenó de risas y alegría con una serie de actividades recreativas que los organizadores prepararon con dedicación para el disfrute de los más pequeños. Juegos, dinámicas y espacios de encuentro transformaron la jornada en una celebración que unió generaciones, permitiendo a padres e hijos disfrutar de un momento diferente, alejado de las preocupaciones y el ritmo diario.
Marcela Andaur, Directora de Desarrollo de Personas de la casa de estudios, destacó la relevancia de generar estos espacios, para poder entregar “una instancia para compartir, reflexionar y encontrarse desde otro lugar. No sólo somos profesionales que trabajan juntos día a día; también somos personas que necesitan estos momentos para cuidarse, quererse y construir comunidad. Estas actividades nos permiten descubrir al otro, generar vínculos más allá de lo laboral y valorar lo que significa ser parte de esta universidad”.
En el contexto de esta actividad, Efraín Sáez, Director General de Pastoral UCT, relevó el hecho de que esta actividad es mucho más que un evento anual, “es un espacio que nos permite vivir la espera del nacimiento de Jesús, valorando el misterio de la encarnación y el mensaje de amor y entrega que representa. Como comunidad universitaria, estas celebraciones nos ayudan a construir identidad y pertenencia, donde lo espiritual se entrelaza con lo familiar, recordándonos lo valioso que es reunirnos y compartir en comunidad.”
La emoción y el sentido de pertenencia también se hicieron presentes en las palabras de quienes participaron en la jornada. Oryanedet Martínez, y Alejandro Hernández, asistieron a la actividad junto a su hijo Felipe para pasar una tarde entretenida, distinta y cercana junto a sus compañeros de trabajo; jornada respecto a la que hicieron una sentida reflexión.
“Esta no es sólo una celebración de fin de año, es un momento que nos regala la oportunidad de agradecer y de reconocer el compromiso de tantas personas que hacen posible esta tradición. Me conmueve ver cómo las generaciones se van uniendo: recuerdo a pequeños que hace 10 años jugaban junto a mi hija Camila, y hoy los veo convertidos en monitores, ayudando a celebrar a los nuevos niños y niñas que participan. Mi hijo Felipe ahora forma parte de esa nueva generación, y eso es un reflejo de la comunidad que construimos día a día”, comentó Oryanedet, quien junto a su esposo son funcionarios de diferentes unidades de la institución.
La Universidad Católica de Temuco reafirma, una vez más, que la Navidad no es sólo un espacio de celebración, sino también un momento de encuentro, gratitud y unión que sigue vivo gracias al compromiso de quienes la hacen posible. Con esta actividad, que ya es parte de su identidad, la UCT celebra la vida en familia, en comunidad y en el espíritu de los valores que la definen.