La jornada abordó el uso de fármacos en animales quemados, técnicas de rescate y manejo de enfermería, preparando a voluntarios y profesionales para responder eficazmente ante emergencias.
En los últimos meses la región y el país han experimentado un incremento significativo en la cantidad de incendios forestales. La Corporación Nacional Forestal (CONAF), desde el 1 de julio de 2024 hasta el 19 de enero de 2025, ha registrado 3.018 incendios forestales en Chile, situación que posiciona a La Araucanía como una de las regiones que lidera éste indicador, con más de 450 siniestros a la fecha.
Dicha situación deja un impacto devastador en las familias, y en la fauna doméstica y silvestre de los sectores afectados. Según el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), en la temporada pasada (2023-2024) se registraron más de 6.200 animales muertos, de los cuales el 65% eran aves, seguidos por vacunos, cabras, ovejas y cerdos.
Durante esta misma temporada, el Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet) atendió a 5.524 animales afectados, incluidos mascotas, animales de granja, especies exóticas y fauna silvestre. Éstas cifras reflejan la necesidad de contar con equipos preparados para seguir ofreciendo una atención oportuna, y mitigar las consecuencias de estas emergencias en los animales, por lo que el Colmevet, prepara a nivel nacional a voluntarios que cooperen ante la crisis.
En La Araucanía, la UC Temuco, a través del Departamento de Ciencias Veterinarias y Salud Pública constituye un actor clave para fortalecer estas iniciativas en la región. A través de jornadas teórico-prácticas organizadas en conjunto con el Colmevet, buscan dotar a estudiantes, y profesionales de herramientas necesarias para actuar en emergencias. Las actividades incluyen capacitación en el manejo clínico de animales afectados por incendios, técnicas de rescate y primeros auxilios.
Magno Rodríguez, Secretario Nacional del Colmevet, relevó la importancia de éstas capacitaciones para preparar a los voluntarios y profesionales en contextos emergencias, en los que “es fundamental contar con profesionales que estén formadas para actuar en éstas situaciones. En una emergencia no sólo enfrentamos daño material o personal, sino también la afectación de animales, que pueden ser parte de la familia o el sustento de comunidades agrícolas”.
Talleres de formación
Según explicó Romina González, académica de la UCT quien dictó los talleres junto a Luis Marmolejo, “la actividad incluyó etapas prácticas y teóricas, enfocadas en la prevención, mitigación, respuesta y recuperación. Buscamos que los voluntarios y profesionales tengan las herramientas necesarias para actuar en casos de emergencia, desde el manejo de botiquines hasta el cuidado integral de los animales afectados”.
González, precisó que éstas capacitaciones son esenciales, porque brindan las herramientas necesarias para actuar en situaciones de crisis, “donde los animales también sufren los efectos del desastre. Enseñamos desde la contención y los primeros auxilios hasta el manejo de medicamentos básicos, porque contar con personal preparado puede marcar la diferencia en la protección de la vida animal y el bienestar de las comunidades que dependen de ellos”.
Entre los asistentes a la capacitación, participó Diego Jerez, estudiante de cuarto año de Medicina Veterinaria UCT, quien compartió su experiencia como voluntario durante los incendios que afectaron gravemente a su localidad natal, Galvarino, donde el 70% de la población rural resultó impactada, y resaltó la importancia de generar estos espacios que ayudan a “desarrollar habilidades prácticas que serán clave en nuestro futuro como veterinarios, además de aprender a coordinar esfuerzos como equipo en situaciones de emergencia”.
Éstas jornadas son parte de un esfuerzo continuo por preparar a personas para enfrentar emergencias de manera efectiva. Tanto la Universidad Católica de Temuco como el Colegio Médico Veterinario de Chile, proyectan que la capacitación debe extenderse, para alcanzar a más voluntarios y profesionales. La meta es contar con un grupo cada vez más amplio de personas listas para responder ante futuras crisis, marcando la diferencia en la protección de animales y apoyando a las comunidades que dependen de ellos.