El académico del Departamento de Educación Omar Venturelli Leonelli y los estudiantes Víctor Oliva Troncoso, de Pedagogía en Castellano y Manuel Segundo Melín Pehuén, egresado de Pedagogía en Enseñanza Básica, fueron muertos en 1973, 1975 y 1984.
Con un llamado a recordar con sentido de aprendizaje lo que sucedió hace cincuenta años y a sumarse a la idea de que no vuelva a ocurrir un hecho como el Golpe de Estado, el Rector de la Universidad Católica de Temuco, Aliro Bórquez Ramírez participó de la ceremonia conmemorativa realizada por el plantel, este 11 de septiembre.
La actividad se llevó a cabo junto al Memorial que honra la memoria de víctimas de la Dictadura, Omar Venturelli Leonelli y Víctor Oliva Troncoso, académico del Departamento de Educación y el estudiante de Pedagogía en Castellano de la casa de estudios, respectivamente. La placa recordatoria está ubicada en el lado poniente de la Casona Malmus, en el acceso del Campus Monseñor Alejandro Menchaca Lira.
Junto con plegarse a la conmemoración, la autoridad universitaria dijo que también es necesario hacer una reflexión “y un análisis profundo de los hechos que acontecieron en nuestro país y uno espera que nunca más ocurran.”
En esa misma línea enfatizó que el “compromiso nuestro como Universidad es poder fortalecer el diálogo, llamar a la reflexión, llamar a que la democracia es la mejor forma de como los países se
construyen y que es muy importante que todos y cada uno de nosotros la cuidemos y tal vez, pensando a 50 años del Golpe y al quebramiento que tuvimos de la democracia, es que tengamos que reflexionar más profundamente sobre la importancia de vivir hoy en un país democrático”.
Junto al medio centenar de personas que se plegaron al acto conmemorativo, también estuvo Natalia Melín Valenzuela, hija de la también víctima de la dictadura, Manuel Melín Pehuén, quien destacó que “es muy importante para nosotros como familia, tener un acto de reconocimiento, una pequeña reparación quizás por tantos años de injusticia”.
A su vez, recordó que “mi padre era un líder natural de su comunidad y esta fecha es muy importante para nosotros porque no fue un 11 de Septiembre, pero en esta fecha cambiaron nuestras vidas y si no hubiera sido por esta fecha, tal vez, todavía hubiéramos gozado de la vida de Manuel.
La relevancia de recordar esta fecha también fue destacada por la estudiante de Ciencias Políticas de la UCT, Isidora Romero, quien aseguró que “es muy importante que se recuerde, sobre todo a esas personas que fueron parte de la Universidad y es importante reflexionar sobre este día tan relevante para que no se vuelva a repetir la historia”.
Víctimas de la dictadura
Omar Roberto Venturelli Leonelly desapareció el 4 de octubre de 1973, desde la Cárcel de Temuco, tras presentarse voluntariamente en el Regimiento Tucapel, el 25 de Septiembre, luego de escuchar su nombre en la radio, como persona requerida. Tenía 31 años de edad al momento de perderse su rastro. Era ex sacerdote, profesor del Departamento de Educación de la Universidad Católica, Sede Temuco y miembro del grupo Cristianos por el Socialismo.
Víctor Eduardo Oliva Troncoso era un estudiante de Pedagogía Media en Castellano, de 22 años de edad. Fue secuestrado por un grupo de civiles el 2 de julio de 1975 en Bahía Blanca, Argentina, donde estaba exiliado bajo el amparo del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Fue encontrado muerto con 35 impactos de bala y su cuerpo fue reconocido por un familiar y un funcionario de Acnur.
Tras las indagatorias correspondientes, se llegó a la convicción de que el asesinato fue obra del grupo extremista argentino La Triple A, que cometió el hecho en coordinación o colaborando con la Dina, en Argentina, en el marco de una maniobra de desinformación.
Manuel Segundo Melín Pehuén fue asesinado el 23 enero de 1984, a los 24 años de edad, luego de ser secuestrado por el grupo Asociación Chilena Anticomunista (Acha), en la zona rural de Quichimahuida, de la comuna de Victoria, después de visitar a su madre.
El cuerpo fue encontrado junto a la ribera del río Traiguén y su asesinato, por ahogamiento, fue atribuido a la agrupación Acha, luego de que estos dejaran panfletos, incluso en la Universidad Católica, donde se aseguraba que la muerte del recién egresado de la carrera de Pedagogía en Enseñanza Básica, era el primero de otros que vendrían.