El Rector Aliro Bórquez destacó que la UCT tiene un programa muy amplio de conmemoración del 11 de septiembre de 1973, a la vez que valoró la masiva presencia de jóvenes estudiantes en estas actividades.
Una invitación a no olvidar el Golpe de Estado de 1973 es la que realizó la Universidad Católica de Temuco en el conversatorio denominado “Tres Memorias, Tres Historias”, que se llevó a cabo en el Campus San Francisco de la casa de estudios.
La instancia fue organizada por el Instituto Ta Iñ Pewam de la UC Temuco, el Departamento de Trabajo Social de la universidad y la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de La Araucanía y fue encabezada por el Rector Aliro Bórquez. El evento contó con las exposiciones del profesor Jorge Pinto, además de Alonso Azócar y Víctor Maturana, quienes relataron cómo vivieron en carne propia el exilio, la prisión y la persecución por parte del régimen militar.
Para la Universidad Católica de Temuco es fundamental participar activamente de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado a través de estas iniciativas. Así lo recalcó el Rector Aliro Bórquez, quien afirmó que “es muy necesario poder recuperar la memoria de los atroces momentos vividos en nuestro país y que sin duda han sido muy duros para muchísima gente y sus familias. Inclusive todavía no conocemos la verdad de personas que han desaparecido, entre ellos un exacadémico nuestro, Omar Venturelli, y nuestro exalumno Víctor Oliva. Por lo tanto, este ejercicio de recuperar la memoria es también para que las nuevas generaciones sepan que nunca más deberían ocurrir estas cosas en nuestra historia”.
A su vez, la primera autoridad universitaria recalcó que “es altamente necesario que tengamos esta reflexión al interior de la universidad, de manera que las nuevas generaciones puedan ir conociendo el valor que tiene la democracia, los derechos humanos y reconocer al otro como a uno mismo. Me parece muy importante que hoy en la universidad tengamos el testimonio de tres personas que sufrieron los horrores de la dictadura y que lo estén dando a conocer a las nuevas generaciones. A veces al no vivir un hecho se relativiza, por eso yo estoy muy contento que como Universidad estemos en un programa muy amplio de conmemoración del Golpe de Estado y que mientras más jóvenes puedan participar es mejor, porque eso va a fortalecer el ‘nunca más’”.
BALANCE DE LOS EXPOSITORES
Tras la exposición, el Profesor de la UCT Jorge Pinto afirmó que “tuvimos una gran convocatoria, que nos sorprendió a todos, con muchos exalumnos y miembros de las organizaciones que participaron en la gestión de esta actividad y la presencia de nuestras autoridades. A partir del 11 de septiembre de 1973 fueron tiempos muy dolorosos para muchos de nosotros. Expulsados de la universidad, viviendo en el exilio. El exilio es muy duro, uno se embrutece allá haciendo lo que tiene que hacer y tratando de olvidarse porque todos nos fuimos pensando que volvíamos al día siguiente, porque la dictadura caía, pero cuando eso no ocurrió nos dimos cuenta que teníamos que permanecer afuera”.
El también Premio Nacional de Historia, agregó que “en mi caso me dediqué a estudiar y a participar en algunas organizaciones que había en Inglaterra de refugiados. A la vuelta, fueron tiempos más duros todavía, sin trabajo, sin poder acceder a la universidad. Fui expulsado por segunda vez de la Universidad a mi regreso de Inglaterra, logré trabajar un año. Se me cerraron las puertas de todas las universidades, a pesar de que ya tenía mi doctorado y tres libros publicados”, cerró.
Misma impresión tuvo Alonso Azócar, uno de los expositores, quien destacó que “me gustó mucho la actividad, vinieron más de 140 personas, lo que me alegra mucho, porque es una responsabilidad nuestra poder ir contando a las nuevas generaciones lo que ocurrió en este período de la historia que hoy día conmemora 50 años”.
Por último Víctor Maturana resaltó que “ya el hecho de tomar la iniciativa de crear un espacio y momento como este es tremendamente útil y necesario, sobre todo en el contexto que estamos viviendo de cercanía de los 50 años del Golpe de Estado. Rescatar estas memorias de los protagonistas de ese período histórico, se hace necesario para seguir aportando al “nunca más” y seguir creando condiciones para la no repetición de estos hechos, y entregar a las generaciones futuras elementos que les permitan sacar las lecciones y para no repetir una experiencia similar”.