Con una multitudinaria asistencia de la comunidad local, se llevó a cabo el evento conmemorativo de los 50 años del golpe de estado.
La obra cinematográfica del documentalista chileno Patricio Guzmán, constituye un patrimonio artístico cultural para Chile, filmografía que, en agosto de este año lo llevó a ganar el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales, reconocimiento entregado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
El galardón se suma al centenar de reconocimientos y nominaciones del director en prestigiosos festivales de cine, entre los que destacan el Festival de Cannes (1975), Festival Internacional de Cine de Berlín (2010), y los Premios Goya (2022).
Los catorce largometrajes de Guzmán, tienen un nexo con la reivindicación de la historia nacional contemporánea, específicamente durante el golpe de estado de 1973, los años previos a este hito y sus consecuencias.
Memoria
El director, a través de su emblemática trilogía de documentales, llamada “La Batalla de Chile”, rescata las declaraciones de diferentes personas de la época. Sujetos pertenecientes a diversas clases sociales, movimientos y partidos políticos. Contrastando sus declaraciones a lo largo del filme y exponiendo el contexto político y social de la época.
Nabil Rodríguez, Académico de la carrera de Antropología de la UCT y experto en docencia, producción e investigación audiovisual, relevó la importancia de la trilogía, debido a cada una de las aristas sociales que capturó en sus más de cuatro horas de metraje.
“Guzmán logra filmar no solamente en los sectores de la unidad popular, sino que, en los sectores populares, de la derecha, de la burguesía, junto con distintos episodios importantes como los paros de la minería, de los camioneros, del transporte. Llega a filmar el Parlamento y sus disputas. Es decir, logra estar oportunamente en distintos episodios que se dan antes del golpe de Estado mismo, del 11 de septiembre”.
50 años del golpe
La Universidad Católica de Temuco, en el marco de su calendario programático de conmemoración de los 50 años del golpe, bajo el lema “Memoria y Reflexión Para el Chile de Hoy”, decidió proyectar la emblemática trilogía en el Campus San Francisco, extendiendo la invitación a la comunidad local a participar del evento y de un conversatorio posterior. Espacio en el que participaron diferentes personalidades ligadas al mundo audiovisual de La Araucanía y a organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.
La instancia fue llevada a cabo a través del Observatorio de Dinámicas Sociales del Sur y el Laboratorio de Investigación y Desarrollo Audiovisual de la UCT, quienes en colaboración con la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de La Araucanía, desarrollaron una conmovedora y reflexiva jornada, la que, convocó a cientos de jóvenes en sus tres días de exhibición.
Registro histórico
Durante cada una de las tres jornadas llevadas a cabo para proyectar el filme, se llevó a cabo un conversatorio para reflexionar y compartir opiniones frente al contenido de la obra. En ese contexto, Blaise Pantel, Académico de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la UC Temuco, destacó la importancia de generar estos espacios de discusión.
“Nos pareció importante dar a conocer a la comunidad un testimonio documental censurado en Chile durante décadas, es por esto, que fue tan importante exponerlo de manera abierta, entregando a los espectadores la posibilidad de analizar la obra junto a expertos en el tema. Los asistentes podían llegar a tener cierto estereotipo o desconocimiento del tema, entonces la cinta también hubo que resituarla en su contexto a través de espacios de conversación”.
Una de las expertas invitadas a las jornadas fue Paulina Cisternas, cineasta local e investigadora audiovisual, quien señaló la importancia e influencia del largometraje en la memoria histórica, y la gran capacidad del director para narrar a través de testimonios.
“Patricio Guzmán ha hecho una sola película en su vida, una gran película que se bifurca, que se abre en nuevas narrativas, con continuidades y discontinuidades. Llegando a abrir un gran mapa, situando la memoria como una materia de trabajo desde los materiales fílmicos que ha permitido que la memoria no le pertenezca a una élite o a un grupo de personas, sino que sea colectiva”, concluyó.