El trabajo de Sureñas permitió indagar por primera vez a voces de la literatura o poesía femenina en el territorio. Tras un semestre de investigación, se revela que existen por lo menos 210 mujeres escritoras, provenientes de 29 comunas de la región, con edades que varían entre los 14 y los 90 años, y que escriben principalmente lírica y narrativa.
La historia de las mujeres en la literatura ha evolucionado considerablemente a lo largo de los siglos, reflejando cambios en la sociedad y en el papel de la mujer. Si en la antigüedad eran en su mayoría relegadas a roles secundarios, tanto como personajes como autoras, durante el nuevo siglo se ha visto una explosión en su participación y difusión.
Las voces femeninas han ido ganando espacio y reconocimiento a pesar de las numerosas barreras que han enfrentado y en La Araucanía no es la excepción, donde en los últimos años nombres como María José Ferrada, Margarita Canio o Gloria Dünkler han logrado visibilizar sus escritos. Así es como nace “Sureñas: mujeres-escritura-territorio”, proyecto creado por profesionales de la Universidad Católica de Temuco (UCT), que desde 2023 busca aportar en la carrera autoral de mujeres de la región, tanto en su formación como en la visibilización de sus obras a nivel regional; creando así una red entre escritoras involucradas en el ecosistema de la lectura y el libro.
Este año, el proyecto avanzó en la búsqueda de conocer la realidad local, realizando el primer mapeo de autoras regionales. A través de una convocatoria digital, y visitando diferentes bibliotecas, permitió alcanzar la primera cifra: hay 210 mujeres escritoras, provenientes de 29 comunas de La Araucanía, con edades que varían entre los 14 y los 90 años.
Las comunas con más mujeres autoras fueron Temuco, Villarrica, Pucón, Vilcún y Victoria, mientras que las áreas de desarrollo escritural de las autoras mapeadas abarcan diversos géneros y formatos. Principalmente, se destacan poesía (74%) y narrativa (57%). Luego, una parte significativa de las autoras se dedica a la investigación independiente, literatura infantil y ensayo. En menor medida, algunas autoras se especializan en dramaturgia y cómic, incluyendo novelas gráficas.
Frente a los resultados, Claudia Campos, coordinadora de Ediciones Universidad Católica de Temuco e integrante de Sureñas, destaca que tras la realización de encuentros poéticos, concurso de poesía, lanzamientos de libros, entre otros eventos, detectaron a muchas mujeres que escriben que no son reconocidas. “Intuíamos que había un número importante en la región, sin embargo, el que ya llevemos registradas más de 210 mujeres ha sido sorprendente y exitoso, el objetivo se está cumpliendo y la finalidad es que se registren todas sin distinción”.
Isabel Iriarte, poeta e integrante del equipo Sureñas, en representación de la Dirección de Sistema de Bibliotecas de la UCT, valora que, si bien el desarrollo del oficio escritural es lectura y escritura, ensayo y error, también implica una serie de factores y oportunidades que las mujeres históricamente han tenido que ir ganando a pulso. “Recordar que el derecho a la lectura y luego a la escritura fue una conquista. Era primordial poder tener una idea de quiénes son, desde dónde escriben, qué escriben y qué aprendizajes son necesarios para potenciar sus propias carreras autorales”, puntualiza.
Principales problemáticas
A la par del sondeo, Sureñas identificó las principales problemáticas a las que se enfrentan estas mujeres para dar a conocer sus obras. Falta de redes de apoyo, dificultades para generar contenido en redes sociales, junto con un medio local pequeño dedicado a la literatura, ha dificultado en la visibilización del trabajo de estas.
A pesar de esos factores y la realidad del ambiente literario nacional, centralizado en la capital, Isabel Iriarte de Sureñas añade que ha habido un florecimiento de instancias en los últimos años, tanto de particulares como de instituciones. “Es importante destacar la autogestión de muchas autoras locales, que generan espacios para mostrar sus trabajos y también los de terceros a fuerza de voluntad y cooperación; también bibliotecas públicas y comunitarias e instituciones como la nuestra que se ha abierto a la comunidad de autores locales, al generar una “vitrina” para las obras”.
El primer mapeo de autoras regionales se proyecta como un espacio para entrever parte de la rica identidad cultural regional y el lugar que ocupan las mujeres en dicho espacio. Sureñas publicará en los próximos meses un catálogo literario de escritoras, que, a la vez, permita conocer desde dónde escriben (territorios, saberes, interculturalidades), que es lo que requieren aprender y en qué se han especializado para transferir a otras, qué tipo de literatura desarrollan y con qué otras áreas se vinculan, considerando que muchas de ellas cultivan más de una expresión artística.
Una “primera etapa” que contempló la realización de charlas y talleres que versan sobre escritura creativa, narrativa digital, derecho de autor, literatura infantil, poesía visual. Se prevé la creación de un encuentro de autoras como instancia de reflexión y convivencia. “Visualizamos un segundo proyecto ajustado a las necesidades que quedarán de manifiesto en este primer análisis, mapeo, un proyecto que abra nuevos espacios de encuentro con diversos talleres que les aporte al crecimiento y desarrollo de sus escrituras”, sentencia Campos.
El proyecto realizó un evento en el que concluyó un semestre de intenso trabajo, llevado a cabo en el Auditorio H2 del Campus San Francisco UCT. En esta emotiva instancia fue presentado frente a autoridades regionales, académicas y participantes del proyecto los avances y logros de cada una de las etapas de la iniciativa; a través de una exposición de resultados y un conversatorio con las autoras Ramona Solar, Sonia Huentemil y Elena Hernández, quienes destacaron por su participación en cada uno de los talleres.
Durante el evento, fueron discutidos también los desafíos encontrados a lo largo del proceso y las estrategias adoptadas para superarlos, lo cual permitió mostrar el aprendizaje adquirido y las mejoras implementadas en cada etapa del proyecto. Las autoras en su intervención, compartieron no solo sus experiencias sobre la ejecución de los talleres, sino también fragmentos de su historia de vida en la literatura, relatando cómo sus vivencias influyeron en sus escritos y en el enfoque de las actividades desarrolladas. Además, el conversatorio sirvió para reflexionar sobre el impacto de la iniciativa y las oportunidades de replicar el modelo en otras comunidades.