El gobierno ha establecido la salud mental como prioridad, abriendo posibilidades a enfoques como la Intervención Psicosocial, modelo aplicable en diversos contextos por profesionales de distintas disciplinas.

Problemáticas sociales de carácter crítico en el país como la violencia de género y escolar, la discriminación hacia migrantes; factores personales como el estrés, la depresión, ideación suicida y trastornos alimentarios, son indicadores que posicionan a Chile, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el cuarto lugar en cuanto a años de vida ajustados por discapacidad debido a trastornos depresivos. Este escenario conlleva diferentes consecuencias, tales como, la disminución en la calidad de vida de la población, problemas de salud física, comorbilidad y altas tasas de mortalidad prematura, conforme explica el mismo informe de la OPS.

Debido a esto, el gobierno estableció la salud mental como una prioridad a nivel nacional, destinando en 2022 la suma de $14.918 millones para reforzar esta área. En ese contexto es que se han llevado a cabo iniciativas clave como el programa “Construyendo salud mental”, que incluye como ejes estratégicos, la promoción de esta problemática, la prevención del suicidio, fortalecer el liderazgo y la gobernanza y mejorar la provisión de servicios.

Ana Barrera, Doctora en Psicología, y académica de la Universidad Católica de Temuco, explicó que estas nuevas políticas públicas en materias de salud mental, “abren un campo de estudio que debe guiar su correcta implementación en cada extremo del país, hecho que debe ser abordado a través de un enfoque correcto, con estrategias basadas en la evidencia, y con foco en la promoción y la prevención, además del tratamiento”.

La experta apunta a la Intervención Psicosocial como parte clave de este proceso, debido a “la efectividad de esta estrategia y su sostenibilidad a largo plazo, el reconocimiento del contexto social y de las particularidades del contexto cultural donde se aplica, junto con permitir desarrollar diversos componentes de acción, que van desde las estrategias y prácticas de promoción y prevención, hasta las de empoderamiento e intervención ambiental y proyectos sociales”.

La investigadora puntualizó el hecho de que estas intervenciones “no sólo van en directa relación con el soporte de los proyectos sociales y comunitarios, sino que en sí mismas, incluyen procesos de empoderamiento y fortalecimiento del apoyo social en las personas y grupos a los que se aplica, convirtiéndola en una estrategia integral a la hora de abordar la crisis de salud mental en la región y el país”.

Enfoque multidisciplinario y pertinente

Jorge Constanzo, Sociólogo y académico del Departamento de Psicología de la UC Temuco, ha profundizado ampliamente durante su carrera en este método, a través del que ha desarrollado importantes investigaciones en La Araucanía, en las que “el uso de este enfoque significó el reconocimiento de las problemáticas de salud mental que tienen hombres y mujeres en la ruralidad, sus diferentes factores estresores, sus problemas de acceso a salud, y diferentes datos que son pertinentes para elaborar proyectos sociales que vayan en su ayuda”.

El docente comentó que ¨una de las particularidades de la Intervención Psicosocial, es su factor multidisciplinario, y es que es una estrategia que puede ser aplicada por profesionales del área de la Salud, Educación o las Ciencias Sociales que esté capacitado en su uso de manera teórica y empírica”, detalló Constanzo, debido a que se trata de un enfoque útil para diferentes disciplinas claves en temáticas de salud mental, cómo la educación, el trabajo social, la ciencia política y el derecho.

Las entidades encargadas de certificar a los profesionales en la utilización de este método en sus trabajos, o ahondar en este mismo para acceder a nuevas posibilidades laborales, son las diferentes instituciones de educación superior. Una de ellas, es la Universidad Católica de Temuco, que actualmente mantiene abiertas las postulaciones a su Magíster en Intervención Psicosocial para la salud mental, hasta el 12 de julio, programa con una duración de cuatro semestres, un régimen quincenal y una modalidad presencial.

Dicho programa de carácter profesional, está dirigido a quienes tengan interés en fortalecer sus competencias relacionadas con el diseño, implementación y evaluación de intervenciones psicosociales en el ámbito de la salud mental en diferentes contextos de desempeño laboral; permitiendo a quienes egresen del magíster desempeñarse en diversos ámbitos, tales como centros de salud, instituciones educativas, organizaciones de la sociedad civil y entidades públicas, dentro del marco de su disciplina.