Corría el año 1992 cuando Eva Rivas Medina, actual secretaria del Departamento de Ciencias Agropecuarias y Acuícolas, ingresaba a trabajar a la Universidad Católica de Temuco. Durante estos 32 años ha visto crecer la institución junto con su familia y se declara orgullosa de todo lo vivido en la UCT.
Hoy, Eva junto a sus 104 colegas secretarias y asistentes de carrera recibieron de parte de las autoridades de la Universidad un merecido reconocimiento a su labor en el marco de la celebración del Día de la Secretaria.
“Es un día muy especial para nuestra Universidad, porque hacemos un alto y nos reunimos a festejar a nuestras secretarias, quienes ejercen día a día una labor fundamental. Son la cara visible de nuestra institución, primero hacia nuestros estudiantes, apoyándolos en el camino que han escogido; pero además, son un complemento entre los equipos académicos y los equipos administrativos para desarrollar las labores que a diario estamos llamados a ejercer. Agradecemos por sobre todo su compromiso y el cariño y profesionalismo con que realizan su labor, porque gracias a ello y al trabajo de todos y todas, estamos construyendo cada día una mejor Universidad, con un sello valórico que va más allá de lo disciplinar y que demuestra nuestro compromiso con una sociedad más justa para todos y todas”, señaló la Prorrectora Marcela Momberg Alarcón.
“Como Universidad, valoramos el servicio que prestan nuestras secretarias, un servicio que se caracteriza por la eficiencia pero también por el cariño que ponen en todo su trabajo. Hoy es un día en que a través de distintos signos queremos expresar nuestro agradecimiento al trabajo y al cariño que ellas expresan día a día” dijo el Vice Gran canciller de nuestra Universidad, Pbro. Leonardo Villagrán.
Marcela Andaur, Directora de Desarrollo de Personas, destacó la importancia de este reconocimiento a la labor de las secretarias. “Es importante detenerse y tomarse un tiempo para reconocer el trabajo y la labor que día a día realizan nuestras secretarias que va mucho más allá de ser secretaria, en el fondo es la labor de apoyo que realizan para todas las unidades. Por eso hoy, desde nuestra dirección organizamos este momento donde las regaloneamos, las reconocemos porque para nosotros como institución lo más importante es que ellas se sientan queridas. Que vean que su institución las quiere, las valora y que las necesita”.
Trayectoria, experiencia y juventud
Cuando Eva Rivas Medina ingresó a la Universidad Católica de Temuco su primer hijo tenía dos años. Hoy, tiene tres hijos, el mayor ya es médico y los dos más jóvenes están estudiando carreras de pre y posgrado. Junto a su familia que creció en estos 32 años, Eva ha visto crecer también a la Universidad y recuerda que, por ejemplo, “para llegar al Campus Norte (San Juan Pablo II) había solo un camino de tierra”.
“Entré el año ’92, trabajé 14 años en el Decanato de Ciencias Agropecuarias y Forestal de esos años, después me trasladaron a la unidad de Agronomía y ahí asumí como asistente de carrera donde me desempeño hasta hoy. Yo llegué al Campus San Francisco y el campus norte era puro campo, para llegar solo había un camino de tierra. Nosotros íbamos a hacer las actividades de terreno de agronomía, de técnico en esos años, porque la agronomía todavía no se creaba, se creó en el año ‘95. He visto el progreso de la universidad, como ha crecido porque en el Campus San Francisco ni siquiera se habían construido unos edificios y hoy se ha remodelado todo, se ha puesto muy bonito, con mucho avance, mucha tecnología y el Campus Norte, ¿para qué decirte? yo lo conocí como una zona de campo nomás y hoy es un campus hermoso”, cuenta nostálgica.
En palabras de Eva, este progreso se debe a la gestión de las autoridades de la universidad, “que han sabido llevar a buen término todo lo que se va pensando, gracias al trabajo de todos nosotros también, porque somos una gran comunidad”
Una comunidad de la que se siente orgullosa de pertenecer. “Yo he estado en las buenas y en las malas. Por un tiempo lo pasé muy mal, tuve una enfermedad muy compleja, pero siempre sentí el apoyo absoluto de mi universidad. Puedo destacar mucho eso, la calidad humana de quienes aquí trabajan por eso siempre he estado muy contenta y comprometida con mi trabajo y con toda la labor que cumple la Universidad. Estoy muy orgullosa de trabajar aquí”, concluye.
La historia de Eva refleja a muchas mujeres que se han desempeñado por décadas como secretarias en nuestra Universidad. Una experiencia que transmiten a las nuevas generaciones como Bárbara Castillo que ingresó en julio de este año a la Facultad de Educación y que en solo un par de meses reconoce esa calidez y buen trato entre las personas.
“Ha sido súper grato el ambiente, es muy familiar, respetuoso y las demás colegas han tenido toda la disposición para ayudarme y enseñarme porque soy la más jovencita de la Facultad. Es muy grato saber que es un buen ambiente donde podré aprender y por eso vengo con todo el ánimo y mucha energía para aprender de las más experimentadas”, dice Bárbara.
En los ejemplos de Eva y Bárbara, dos generaciones al servicio de la Universidad, queremos agradecer la dedicación, profesionalismo y compromiso de cada una de las secretarias y asistentes de carrera que hacen que todo funcione con armonía y eficacia y que son el pilar fundamental de la labor de nuestra Universidad Católica de Temuco.