Ante la detección de irregularidades, especialistas en farmacia y psicología advierten sobre la necesidad de trazabilidad y prevención efectiva.
El hallazgo de irregularidades en el manejo de fentanilo, reflejado en la desaparición de 179 ampollas consignadas en el informe de auditoría 593 de la Contraloría General de la República de Chile (CGR), revela falencias críticas en los sistemas de control y trazabilidad de medicamentos de alto riesgo. Esta situación pone en evidencia la amenaza creciente de las nuevas sustancias psicoactivas (NSP) y la necesidad urgente de fortalecer mecanismos de vigilancia y resguardo. Expertos en psicología y química farmacéutica advierten que un control riguroso y la anticipación de riesgos son fundamentales para evitar que estas sustancias caigan en circuitos ilícitos, generando un peligro inminente para la salud pública.
Sergio Chacón, académico del Departamento de Psicología de la Universidad Católica de Temuco (UCT) y experto en el tratamiento de adicciones, dio a conocer que, entre 2009 y 2023, se han identificado más 1.200 nuevas sustancias psicoactivas en el mundo. Aunque en Chile, su prevalencia es menor en comparación con drogas como el alcohol, la marihuana o la cocaína, el problema debe tomarse en serio, debido a que se trata de “fenómenos dinámicos. En otros países, estas sustancias comienzan con bajas prevalencias, pero rápidamente aumentan. Por eso, no podemos bajar la guardia”.
Afortunadamente, el país cuenta con un sistema de alerta temprana en línea con organismos internacionales como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Sin embargo, el caso del fentanilo destaca la necesidad de fortalecer los protocolos de prevención, supervisión y tratamiento.
Andrea Ortega Mardones, doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid y académica de la UC Temuco, explica que los opioides, como el fentanilo, actúan sobre los receptores cerebrales que procesan moléculas endógenas, generando efectos intensos incluso en bajas dosis. Esto los hace altamente peligrosos. “El fentanilo produce dependencia, tolerancia y abstinencia. Sin embargo, a pesar de sus riesgos, su utilidad médica sigue siendo mayor, siempre que se mantenga bajo un control riguroso”.
El fentanilo requiere de una receta controlada, conocida como “receta cheque”, la cual incluye numeración y supervisión estricta. Sin embargo, la Dra. Ortega señala que, en instituciones públicas, muchas veces no se cumplen los estándares exigidos. “El mayor problema es que las instituciones públicas, omiten estándares que son exigidos en instituciones privadas como son accesos controlados, mantener muebles siempre con llave, y un Químico en Farmacia durante todo momento en que esté abierta una farmacia”, explicó.
Asimismo, puntualizó en que otro de los problemas, son las funciones en Farmacia y Bodega, en las “que resulta difícil de controlar, debido a los pocos profesionales contratados”. De la misma forma, la académica definió que la labor de fiscalizaciones delegadas por el Instituto de Salud Pública (ISP) hacia las SEREMI, resultan insuficientes al considerar que “uno o dos fiscalizadores por región, para la gran cantidad de farmacias, clínicas y hospitales, es poco en consideración a todos los aspectos sanitarios y a los desplazamientos a los distintos puntos de cada región”.
Factores de riesgo y prevención
Desde el ámbito psicológico, Sergio Chacón explica que el consumo de sustancias no responde a causas únicas, sino a factores de riesgo y protección. Entre los factores de riesgo, el experto enfatiza en que no existe evidencia que diga que hay causas que determinan el consumo de las personas: “Solo se puede hablar de factores de riesgo y factores de protección”.
Igualmente, la percepción cultural sobre el uso de drogas juega un papel clave. “En Chile estas nuevas sustancias psicoactivas tienen prevalencia de uso muchísimo más baja que otras sustancias como el alcohol, la marihuana, la pasta base o la cocaína”, indica. Frente a esto, el psicólogo reafirma que “parte de lo que la evidencia ha mostrado es que, en la medida en que disminuye la percepción de riesgo sobre una sustancia, aumentan las prevalencias de su uso”.
Por otro lado, las estrategias preventivas deben abarcar tanto el control de la oferta como intervenciones en colegios, universidades y lugares de trabajo. “Es fundamental aumentar la percepción de riesgo con información veraz, no con políticas del terror. En eso, Chile ha avanzado mucho gracias a las campañas de Senda”.
Dentro de sus conclusiones, el especialista en adicciones sintetizó en que “la prevención no solo tiene que ver con la restricción de la oferta, el control de las normativas y el monitoreo para evitar que sustancias como el fentanilo estén disponibles en el mercado, también se requiere un enfoque integral preventivo a nivel familiar, escolar, comunitario entre otros”.
La necesidad de trazabilidad y tratamiento
La Dra. Ortega enfatiza la importancia de la trazabilidad en el manejo de medicamentos como el fentanilo. “El registro y control constante son claves. Si hay fallas, como la pérdida de medicamentos, se debe a la omisión de estándares básicos contemplados en la legislación vigente, que no son actualizados con la misma rapidez en instituciones más antiguas ”, explica.
Para quienes ya enfrentan una adicción, las opciones de tratamiento incluyen programas ambulatorios y residenciales ofrecidos por el Sistema Público de Salud y Senda. Además, el Fono Drogas 1412, permite a las personas acceder a orientación y contención las 24 horas.
El caso del fentanilo pone en relieve la urgencia de fortalecer los sistemas de control y prevención en torno a las nuevas sustancias psicoactivas. Como advierten los expertos, la solución no solo radica en “políticas del terror”, sino en generar conciencia social, mejorar las condiciones de trazabilidad y garantizar tratamientos accesibles para quienes lo necesiten.